domingo, 10 de mayo de 2015

Al finalizar la PAC 2, como muchos mis compañeros me he dado cuenta de que estamos hiperconectados, antes quizás era un hecho que no me lo había planteado. No solamente por los últimos avances tecnológicos que han surgido en los últimos 20 años, si no como nuestro cuerpo humano a través de la evolución ha podido ir hipetextualizandose. También en sociedad somos fruto de un proceso de interconexión entre todos los individuos. Aunque hay veces que apetece estar sola o perderte un fin de semana en las montañas, siempre para el ser humano o más bien el ser vivo, es necesaria la interconexión.
Hoy en día sabemos que todos los procesos mentales, tanto los emocionales como cognitivos tienen lugar dentro del cerebro. Pero esto no siempre fue así: Aristóteles creía que un órgano tan inmóvil, grasiento aparentemente inútil y escaso de sangre (en cadáveres) no podría tener un papel importante en el cuerpo humano. Para Aristóteles, el cerebro consistía en una flema sobrante que solo servía para refrigerar la sangre. Consideraba más lógico el atribuir al corazón el origen de la vida mental: ocupa una posición central en el cuerpo humano, se mueve contiene sangre y cuando se detiene acaba toda la actividad anímica.
El cerebro interconecta con todo el cuerpo humano, y hace que muchos aspectos de nuestro funcionamiento diario como la atención, la memoria, el aprendizaje o las habilidades motoras dependan de múltiples zonas del cerebro. Los dos hemisferios suelen trabajar en común para comprender y responder el entorno. A medida que la información viaja a través del cerebro, los mensajes pueden ir en cualquier dirección no solo de abajo a arriba (como cuando los mensajes sensoriales llegan al cerebro,) o de arriba abajo (como cuando se interpreta la información o se controlan las conductas).

Bibliografía:

1 comentario:

  1. Hola Luisa. En mi opinión, el secreto es ese precisamente. Ser conscientes de que para que exista equilibrio, todo debe fluir en direcciones opuesta, no aplicando la fuerza, sino la resistencia. El “como es arriba es abajo” al que te refieres, es el segundo principio del Kybalión (Hermes Trismegisto), y está asociado a la Correspondencia…, es, creo, lo que hoy llamaríamos interacción. Saludos!

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